Insomnio

    Me dormí mucho tiempo después de que lo hicieras, y conté cuantas veces me había traicionado la noche hasta ahora. Aquella, la que me implanta sentimientos de angustia y pensamientos de inseguridad.

    Por ella, fui imprudente y te confesé entre sollozos lo que me venía atormentando, que ni siquiera fue dilucidado por mi sino por una noche de insomnio.

   Te quiero tanto, que lloro de tan solo pensar en si algún día te pierdo, y me da pena verme tan enamorada porque en este estado, noto que te entregué el alma misma y no me acuerdo cómo ni cuando, sólo que es tuya.

    La lluvia cae mientras me recuesto y pienso en lo lindo que es besarte, en lo bueno que es compartir esta montaña rusa de sucesos llamado vida.

    Vos dormís y posiblemente ni siquiera te des cuenta del viento que entra por la ventana de nuestro dormitorio o del ruido que hace cada pensamiento al pasar por mi mente.

  Y sé que hubo noches en las cuales te fuiste a dormir amándome menos, luego de hablar lo que sentimos de la única forma en la que nos acaba saliendo. A patadas. Brutalmente.

   Solo estoy aquí para decirte que hace tanto que te quiero que ya no recuerdo mi vida no haciéndolo. Todo es hoy y todo es tuyo.

  Me volví una especie de cursilería barata y frases repetidas en cartas, pero cursilería al fin.

  Te quiero y lo repito, porque se me fue la vergüenza que me impedía demostrar mis sentimientos.

  Aún lucho con el miedo. Ese que me brinda cinco minutos más de frustraciones y pesadillas de madrugada. Es el que me dice que en cualquier momento podés irte, o enamorarte de alguien más.

     Escucho todo y lo proceso, pero sé que debo vencerlo. 

     Corren las horas y al despertarte, me preguntás como dormí o que tal descansé. Te digo que muy bien, que te extrañé como nunca y me guardo la culpa de mentirte.

   Te miento mi amor, porque creo que nada en mi está bien. Creo que me estoy volviendo loca. Y es que te amo con locura pero con la certeza suficiente para darme cuenta que te amo intensamente y que a pesar de que te vayas hoy mismo si quisieras, que el destino nos separe, soy tuya para siempre.

JAZMÍN ORTEGA EDELWEIS