Nuestro primer café

Agarrame de la mano que me pierdo, me dijiste.
Te encontré en un café repleto de gente, después de esperar en el auto discretamente, cuando me dijiste que demorabas en llegar.
  Pude volver a sentir como temblaban mis piernas, con unos nervios que aparentaban no pertenecerme.
    No creía en nada, mas que en esa tarde, y para ser sincera, me había desenamorado de los amores  de novela.
  Te di la mano, y nos encontramos, màs que nunca, como nunca antes.
   Miento, si digo que era la primera vez donde te observaba nítidamente. Ya te había visto un par de veces, quizás, mas de un par.
   Pero de repente, empece a quererte y pude sacar mi  puñadito de sentimientos frizados, para poder quererte como merecías.
Te quise desde nuestro primer café y te ame después de dos mas.
La intensidad siempre fue mi fuerte.
Y hoy, que te extraño, espero el frío de aquella tarde en la puerta del mismo café, deseando que la lluvia me guíe de nuevo hacia vos.
A esa persona que me hizo volver a amar.
                                           JAZMÍN ORTEGA EDELWEIS

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